Pastor Vicente Ulloa.
Presentación
Antes de continuar el desarrollo de nuestro curso de Apologética consideramos oportuno y edificante atender a la siguiente exposición –relacionada con el tema que nos ocupa– del pastor Vicente Ulloa, tenida lugar en enero de 2008 en Viña del Mar.
Introducción
El mundo evangélico de hoy sufre de anemia apologética. a pesar del hecho de que las Sagradas Escrituras llaman a los creyentes a dar razón de la esperanza que tenemos en Cristo, carecemos tristemente de una voz pública a favor de la razón en el mercado de las ideas.
No tenemos una fuerte presencia intelectual en la cultura popular o académica.
Las razones de esta anemia son multidimensionales y complejas.
Mi propósito es exponer brevemente seis factores que inhiben en forma ilegitima el compromiso apologético hoy. Si se quitan estas barreras, nuestro testimonio apologético podrá crecer hasta la medida de lo que debería ser Cristo.
1.- Indiferencia
Hay demasiados cristianos a los que no les importa que el cristianismo sea ridiculizado, rutinaria mente en nuestra cultura como des actualizado, irracional y de mente como todo el resto del mundo se queja de una cosa u otra los "ofende", pero hacen poco para enfrentar estos cargos ofreciendo una defensa de la cosmovisión cristiana en una diversidad de contextos.
Sin embargo, las escrituras ordenan a todos los cristianos a tener una razón para la esperanza que está dentro de ellos y a presentarla con mansedumbre y reverencia (1 Pedro 3:15).
Nuestra actitud debería ser la del apóstol Pablo, cuyo espíritu "se enardecía" viendo la idolatría de la sofisticada ciudad de Atenas, capital de la filosofía griega, dominada en ese tiempo por el estoicismo y el epicureísmo.
Este celo por la verdad de Dios lo condujo a un encuentro diplomático fructífero con los pensadores reunidos para debatir nuevas ideas (ver Hechos 17) Tendría que pasar lo mismo con nosotros. Así como Dios amó de tal manera al mundo que envió a su propio hijo para ponernos en paz con El (Juan 3:16), los discípulos de Jesús tendrían que amar de tal manera al mundo que intenten llegar a los perdidos presentándoles el evangelio y contestando las objeciones a la fe cristiana (Juan17:18).
2.- Creencias irracionales [En lugar de fe como conocimiento supra-racional]
Para algunos cristianos; la fe significa creer ante la ausencia de evidencia y de argumentos. Peor aún, para algunos la fe significa creer a pesar de la evidencia en contra.
Cuanto más irracionales sean nuestras creencias, serán más "espirituales". Si bien Pablo enseña en 1º Corintios 1;2 que Dios enloquece la "sabiduría de este mundo" ( por que es una sabiduría falsa ), la sabiduría de Dios no es irracional; ni debe sostenerse la fe en ella, en forma irracional.
Dios no requiere de nosotros, ni de que suspendamos nuestras facultades críticas, a fin de creer en lo que él ha revelado.
A través de Isaías, Dios le declara a Israel: "Vengan, vamos a discutir este asunto" (Isaías1:18,) Dios nos ordenó a amarlo con toda nuestra mente (Mateo 22:37).
Cuando los cristianos optan por el irracionalismo, se convierten meramente en otras personas "opción religiosa" y son clasificados juntos con los de la puerta del cielo, la sociedad de la tierra plana y otros grupos intelectuales deficientes.
A la luz del suicidio de los miembros de la puerta del cielo, varias de las revistas más importantes, como Newsweek y News and World Report, afirmaron que la fe de los que pusieron fin a sus vidas, siguieron la religión de ciencia-ficción de Marshal Applewhite, no eran más extraños, que los cristianos que los cristianos que también creen cosas ridículas.
Tristemente, el comportamiento de algunos cristianos le dio respaldo a tales acusaciones.
3.- Ignorancia.
Muchos cristianos no son conscientes de los tremendos recurso intelectuales que están a su disposición para defender "al fe que ha sido una vez dada a los santos" (Judas 3).
Esto es gran medida porque muchas de las principales iglesias y organizaciones para-eclesiásticas prácticamente no toman han cuenta a la apologética.
Pocos sermones evangélicos se ocupan de las evidencias a favor de la existencia de Dios, la resurrección de Jesús, la justicia del infierno, la supremacía de Cristo o los problemas lógicos que tienen las cosmovisiones no cristianas.
Los libros cristianos de mayor venta, con raras excepciones, se dedican a especulaciones apocalípticas sin fundamento, exaltan a celebridades cristianas (cuyas personalidades a menudo no coinciden con su fama), y se deleitan en métodos para lograr cosas.
Uno puede darse cuenta de muchas cosas acerca de un movimiento por lo que lee, y por lo que no lee.
4.- Cobardía
En nuestra sociedad pluralista, una actitud "vive y deja vivir" es la norma, y una capitulación a la presión social amenaza al evangelismo y la vacía de sus convicciones.
Hay demasiados evangélicos que están más preocupados por ser "agradables" y "tolerantes" que por ser bíblicos o fieles al Evangelio exclusivo que se encuentra en sus Biblias.
No hay suficientes evangélicos que estén dispuestos a presentar y defender su fe en situaciones desafiantes, sea en la escuela, en el trabajo o en otros contextos públicos.
La tentación está en privatizar la fe y aislarlo y confinarlo fuera de la vida pública por completo.
Sí, somos cristianos (en nuestro corazón), pero tenemos dificultad para conectar a alguien con lo que creemos y explicarles por qué lo creemos. Esto no es más que cobardía y una traición a lo que decimos que creemos.
Considere la oración inspirada de Pablo y su admonición para nosotros: "Manténganse constante en la oración, siempre alerta y dando gracias a Dios. Oren también por nosotros, a fin de que el Señor nos abra las puertas para predicar el mensaje y hablar del secreto de Cristo, pues por este secreto estoy preso. Oren para que yo lo dé a conocer tan claramente como debo hacerlo. Pórtense prudentemente con los no creyentes, y aprovechen bien el tiempo. Su conversación debe ser siempre agradable y de buen gusto, y deben saber también cómo contestar a cada uno (Colosenses 4:2-6).
Podremos experimentar rechazo; pero Jesús llamó a aquellos que son perseguidos por su causa "bienaventurados".
"Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros" (Mateo 5:11-12).
El apóstol Pedro se hace eco de su Maestro: "Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros" (1 Pedro 4:14).
Por otro lado, cuando el Espíritu Santo bendice nuestros esfuerzos, las personas vana responder con interés y hasta con una fe salvadora (Romanos 1:16).
Nunca debemos olvidar que Jesús tiene toda autoridad en los cielos y en la tierra, y que él nos ha comisionado a declarar y defender su Evangelio (Mateo 28:18-20).
5.- Arrogancia y vanidad intelectual.
En otro extremo del espectro del error yace la arrogancia del apologista sabelotodo, que está más interesado en mostrar su arsenal de argumentos que en defender la verdad de una forma piadosa.
El pecado que acosa a la apologética es el orgullo intelectual, y debe ser evitado a cualquier precio.
La verdad que defendemos es un don de la gracia y no nuestro logro intelectual.
Desarrollamos nuestras habilidades apologéticas para santificarnos en la verdad, para ganar almas para Cristo y para glorificar a Dios. Debemos hablar "la verdad en amor" (Efesios 4:15)
La verdad sin amor es arrogancia; clamor sin verdad es sentimentalismo.
La arrogancia también ocurre cuando algún apologista acusa a otro creyente de herejía sin evidencia suficiente.
Pablo les dijo a los primeros líderes da la iglesia que debían esperar la herejía en medio de la iglesia y que debían estar en guardia antes ella. (Hechos 20:28-31).
Nosotros debemos hacer lo propio. Sin embargo, debemos estar alertas para no calumniar a camaradas cristianos o suponer lo peor acerca de ellos.
6.- Técnicas superficiales o apologética facilista.
Algunos que se entusiasman con la apologética pueden contentarse contener repuestas superficiales a preguntas intelectuales difíciles.
Nuestra cultura se deleita en respuestas rápidas para casi todo, y la técnica es lo más importante.
Algunos cristianos memorizan respuestas correctas a preguntas apologéticas. Tales como el problema del mal o la controversia sobre la creación/evolución-que difunden sin el compromiso adecuado sobre los temas y sin una preocupación empática para el alma que presenta la pregunta.
Sí, la macro evolución es falsa, y se han levantado buenos argumentos en contra de ella tanto desde la naturaleza como desde las Escrituras, pero el tema no es tan simplista.
La apologética debe se hecha con integridad intelectual.
El lema apologético del filósofo cristiano Francis Schaeffer era que debemos dar "respuesta honestas a preguntas honestas".
Primero, debemos realmente escuchar la pregunta que se nos hace no la objeción que nos interesa derribar.
Debemos meternos dentro de las mentes de aquellos que están dando razones para no seguir a Cristo, ponernos en su lugar para comprenderles genuinamente y poder ayudarles a salir de su error, pero con honestidad, mansedumbre y sobre todo ferviente amor.
Pastor Vicente Ulloa.
Iglesia © 2008 Las Asambleas de Dios de Viña del Mar - Cristo el Fundamento, Calle Quillota 575, Viña del Mar.
Datos personales
- Alvaro Donoso Avila